19/9/10

Dícese de un día no tan cualquiera.

Me despierto.
Como cada mañana, me despierto con ese agradable olor a tostadas, eso siempre consigue arrancarme una leve sonrisa. Si, una sonrisa, aunque por la ventana se vean esos oscuros nubarrones que amenazan con llover y aguar el día.
Mientras desayuno, mientras me tomo mi zumo de naranja, veo un documental de los rayos, muy interesante, aunque me haya sabido a poco. Al terminar de desayunar, me viene mi madre diciendo que vamos al Plenilunio (Segundo Infierno, para mí).
Mientras he permanecido ahí, el tiempo no pasa, solo se me hace un poco ameno gracias a los cascos que llevo puestos, intentando aislarme en mis pensamientos. Aunque la compañía de mi padre haya hecho mas amena la espera de las compras de mi hermana y mi madre. Y yo, aislado, meditando algunas de las cosas que permanecen en los rincones de mi mente.
Casi al final de mi estancia en el Infierno2, a la espera de que mis padres saliesen de hacer la compra, me he parado frente a la tienda de animales. Y, sin los cascos, me he embelesado mirando una pecera de agua salada. Recordándome que mis problemas bajo el agua no son recordados, ya que mientras buceo no pienso, solo disfruto y soy feliz. Me siento bien. Pero ahora no me encuentro bajo el agua, y esos pensamientos no dejan de taladrar mi mente.
Aunque esta tarde, en el cumpleaños de un gran amigo mío, el Sr Cal, me ha ayudado a no pensar en eso, y esas risas mientras cenábamos me han reconfortado. Parece que la risa ayuda con los problemas.
Y cuando llego a casa, como casi todas las noches, me conecto al Ro. Pero no hay nadie. Hasta que Don Psaico se conecta y hablamos 58 minutos.

En esta sociedad, en este mundo, para llamar la atención necesitas unos criterios especiales, como por ejemplo; tocar la guitarra o ir a la moda.
Como dije antes, cuando uno tiene dilemas interiores, no quiere reir, solo quiere buscar una solución.
Y aunque creas que no tienes nada que solucionar, no te mientas. SIEMPRE hay algo que está en el fondo de tí.

No niegues la realidad. Inténtalo, pero no es buena idea.
Aunque las malas ideas no siempre son malas, pueden ayudar.

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